Nibiru, ¿realmente se acerca a La Tierra?
Nibiru o también llamado planeta X para la cultura Babilonia
representaba a un cuerpo celeste asociado con el Dios Marduk. Para ellos
significaba “Lugar que cruza” o “Lugar de transición”.
Encontramos en la tablilla número 5 del Enuma Elish que se
trataba de la estrella polar.
Según las últimas investigaciones se cree que el Planeta X
es un cuerpo más allá de Neptuno que tiene una órbita elíptica entorno al Sol.
Esa órbita tiene un ciclo aproximado de 3600 años en dar una vuelta completa
alrededor del Sol. Por lo tanto, al tratarse de una elipse, hay un periodo de
tiempo en el que se acerca más al Sol y por lo tanto a La Tierra. Esto podría
traer consecuencias catastróficas para La Tierra y lógicamente para todos los
seres vivos. Se cree que esto provocó las extinciones masivas que se han
producido en el planeta.
Al producirse un acercamiento, se cree que una inmensa
cantidad de rocas procedentes del cinturón de asteroides situado entre Júpiter
y Marte se proyectarían de una forma muy peligrosa hacia La Tierra causando
devastaciones de amplia magnitud.
Se cree que este planeta errante cambiará el campo
gravitacional de nuestro planeta.
Pomponius Mela, autor latino del siglo I relataba lo
siguiente: “Los Egipcios se enorgullecen de ser el pueblo más antiguo
del mundo. En sus anales auténticos……..uno puede leer que puesto que han estado
en existencia, el curso de las estrellas ha cambiado de dirección cuatro veces,
y que el sol se ha puesto dos veces en esa parte del cielo, es donde ahora se
levanta.”
“En el segundo libro de esta historia, Heródoto relata sus
conversaciones con sacerdotes Egipcios, en su visita a Egipto, en algún tiempo
durante la mitad del quinto siglo, antes de la era presente. Concluyendo esa
historia de su pueblo, los sacerdotes le dijeron que el período siguiendo a su
primer rey cubrió 341 generaciones, y Heródoto calculó que, siendo tres
generaciones equivalentes a un siglo, todo el período era de 11.000 años. Los
sacerdotes acertaron que dentro de las edades históricas, y desde que Egipto se
volvió un reinado, cuatro veces en este período (así me dijeron), el sol salió
al lado contrario al acostumbrado. Dos veces se levantó donde ahora se pone, y
dos veces se puso donde ahora se levanta.”
No deja de sorprender el hecho de que el mismísimo Sol,
aquel que vemos salir cada mañana por el este y ponerse por el oeste, se haya
visto salir por el oeste y ponerse por el este, es decir totalmente al
contrario. Esto se debe al cambio en el eje de rotación de La Tierra lo cual
provoca que ocurra este hecho.
Los sumerios en sus escritos mencionaban un décimosegundo planeta,
al que llamaban Nibiru. Según su mitología Nibiru al cual lo referenciaban con
el Dios Marduk. Decían que Marduk luchó contra Tiamat y Kingu en el cielo. Los
satélites de Marduk (Nibiru) chocaron contra Tiamat quebrándose en dos partes.
Las dos partes de Tiamat orbitaron alrededor del sol. Una de estas partes se
quebró en otras más pequeñas y se convirtió en lo que hoy conocemos como
cinturón de asteroides entre Júpiter y Marte. La otra parte quedó entre Venus y
Marte y es como no podía ser de otra manera, nuestro planeta.
Kingu como consecuencia tomó una órbita elíptica de 3.600
años alrededor del sol. Cómo dato curioso Tiamat también recibía el nombre de
Gaia.
R. Campbell Thompson un investigador de los textos sumerios,
tradujo varios de ellos sacando estas increíbles reproducciones: “Cuando el planeta del Trono del Cielo crezca en brillo,
habrá inundaciones y lluvias. Cuando Nibiru alcance su perigeo, los Dioses
darán paz, se resolverán los problemas, las complicaciones se aclararán. Lluvias
e inundaciones vendrán.”
Si bien es cierto, las conclusiones que podemos sacar de
estas traducciones son la venida de un Diluvio y una serie de cataclismos
producidos por el acercamiento del planeta Nibiru. Esto puede ser relacionado
con el Diluvio Universal del que hablan todas las culturas.
¿Pudo suponer el acercamiento del planeta Nibiru el
desencadenante de una serie de
catástrofes que provocarían el caos en nuestro planeta?
En la actualidad, las catástrofes en La Tierra están tomando
una magnitud sin precedentes, tanto que algo nos dice que una hecatombe de este
tipo puede darse en un corto espacio de tiempo. Los terremotos de gran escala
se suceden a diario, una gran cantidad de volcanes han entrado en erupción, el
número de meteoritos que caen anualmente a La Tierra se ha multiplicado de una
manera exponencial, las sequías y las inundaciones parecen haberse
radicalizado, etc.
Parece como si el equilibrio natural de las cosas se haya
alterado, como si algo fuera de nuestro planeta incidiera causando estas alteraciones.
¿Acaso es Nibiru o planeta X el causante de los desequilibrios actuales en
nuestro planeta?
Según Zecharia Sitchin los sumerios hablaban sobre unos “Dioses”
llamados Anunnaki (Nephilim), los cuales vivían en Nibiru. Estos seres bajaron
a La Tierra en busca de oro para restablecer su atmósfera dañada. Venían en
busca de tales metales ya que escaseaban en su planeta.
Estos Dioses cuando bajaron a La Tierra decidieron crear una
raza de esclavos para que les sirvieran y se encargaran de todos los trabajos.
Esta raza somos nosotros, el ser humano.
Según la mitología sumeria, Enki tomó arcilla y comenzó a
darle forma. Lo intentó varias veces hasta que el resultado le fue
satisfactorio. Necesitaban crear una raza que no fuese ni muy inteligente, ni
muy estúpida, es decir un término medio que fuese sumiso.
Según Frisell, el ser humano fue creado mediante la unión de
dos razas: Una procedente de Sirio (Sirianos) y la otra de Nibiru
(Anunnaki).
Para los sumerios, estos “Dioses” eran “de carne y hueso”
tal y como lo somos nosotros, es decir, otra raza pero con una inteligencia y un
nivel de evolución que nosotros aún no hemos logrado alcanzar. ¿Puede que esto
sea posible?
CÓDIGO DE HAMMURABI |
Para los sumerios estos Dioses vivían entre ellos y les
enseñaban todo tipo de cosas tales como técnicas agrícolas, la escritura, normas de
convivencia (tales como el código de Hammurabi), etc.
Aquí observamos dos etapas. En la primera Dios
crea al hombre para que le sirva como esclavo y haga todas las tareas encomendadas. Esto nos
suena a la famosa historia del Jardín del Edén, donde los seres humanos debían de ser
dóciles y no comer del fruto del árbol del conocimiento.
En la otra etapa observamos como los dioses comienzan a
instruir a los seres humanos y entonces debemos de hacernos la siguiente
pregunta, ¿por qué les enseñan a forjar una civilización y aportan
conocimientos si Dios les impedía que se acercaran al “árbol del conocimiento”?
Pues bien, esto casa perfectamente con la parte en la que una
legión de Dioses decidió rebelarse ya que empatizó con el ser humano y lo hizo partícipe
del conocimiento para que fuese libre y se diera cuenta del verdadero motivo de
su existencia (ser un esclavo).
Somos una raza de esclavos que a través del conocimiento
fuimos condenados al agrio sabor de conocer las injusticias del Universo donde
moramos.
En los mitos y leyendas sumerias se habla de “Dilmun”, una
tierra pura, brillante y santa, la cual era regada por 4 ríos principales. Concretamente
esta referencia la encontramos en el mito de “Enki y Ninhursag”.
Otro punto importante que destaca el mito sumerio es la
prohibición que Enlil impuso y esta era ni más ni menos que la mezcla de los
seres Anunnaki con las hijas de los hombres. Ocurrió lo inevitable ya que Enki
se apareó con Ninhursag, la madre del País.
“Solo el sabio hacia Nintur, el País de la Madre. Enki el
sabio, hacia Nintur; el país de la madre, estaba metiendo su falo dentro en los
diques, sumergiendo su falo en los cañaverales. El divino sacó su falo y gritó:
¡Ningún hombre tomará lo mío en los cañaverales! Enki gritó: ¡Por el aliento de
vida del cielo, yo te conmino! Yace conmigo en el pantano, yace conmigo en el
pantano que será placentero. Enki esparció el semen destinado para Damgalnuna. Derramó
el semen dentro del útero de Ninhursag, la Madre del País, y ella concibió el
semen dentro del útero, el semen de Enki.
Para ella un mes fue un día. Para ella dos meses fueron dos
días. Para ella tres meses fueron tres días. Para ella cuatro meses fueron
cuatro días. Para ella cinco meses fueron cinco días. Para ella seis meses
fueron seis días. Para ella siete meses fueron siete días. Para ella ocho meses
fueron ocho días. Para ella nueve meses fueron nueve días. En el momento propio
de la mujer; Como ha de ser: Placenta como, como ha de ser: Placenta, como
caldo de la abundancia. Nintur, la Madre del País, como debe ser: La placenta vio
nacer a Ninnisig.”
“A su vez, Ninnisig salió de las riberas del río. Enki fue
capaz de verla allí por encima de los cañaverales, era capaz. Él dijo a su
ministro Usimud: ¿Es esta la hermosa joven que no puede ser besada? Su ministro
Usimud le respondió: ¿Es ésta Ninnisig la que no puede ser besada? ¡Mi señor;
sal a navegar! Permíteme el navegar: Él salió a navegar. Permite el navegar.
(Pero) antes de poner los pies en el barco, puso sus pies sobre la tierra
firme. El la cogió del pecho (y) la besó, derramó el semen en la vagina de ella
y ella concibió el semen dentro de ella, el semen de Enki. Para ella un mes fue
un día. Para ella dos meses fueron dos días. Para ella nueve meses fueron nueve
días. En el momento propio de la mujer, como ha de ser. Placenta, como caldo de
la abundancia, Ninnisig como debe ser: La placenta vio hacer a Ninkura”………………”.
En este extenso relato podemos ver como Enki (raza Anunnaki)
tenía la prohibición de aparearse con las hijas de los hombres pero nunca
obedeció ya que su deseo sexual le cegaba. ¿Pudo ser este hecho otro motivo por
el cual Enlil condenó a la raza humana y la expulsó del Jardín del Edén?
Si bien es sabido, Eva que la que comió del fruto prohibido
ya que dejó que “La serpiente (Enki)” la embaucara. Vemos como coincide con el
relato mencionado anteriormente.
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