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viernes, 2 de octubre de 2015

LA TEORÍA DE LA TIERRA HUECA

La teoría de la tierra hueca, ha sido objeto de multiples investigaciones y desde las culturas más antiguas se ha discutido y afirmado su existencia. La teología budista afirma de su existencia y grandes astrónomos y matemáticos como el doctor Edmund Halley, el descubridor del cometa Halley, y Newton apoyaban esta teoría. Estos sostenían que la tierra es hueca por dentro y en su interior habían tres conos concéntricos con un centro fundido de lava, que servía como sol interior, el famoso Sol Negro del que hacen referencia los Nazis.

Si nos remontamos al año 1970, la Administración del Servicio de Ciencia del Medio Ambiente (ESSA) de los Estados Unidos de América publicó en la prensa unas fotografías que corresponden al Polo Norte tomadas por el satélite ESSA-7. En estas fotografías se puede apreciar un enorme agujero y observamos como sus cielos están totalmente despejados. Posiblemente es una de las entradas a la tierra hueca.











Foto satélite Antártida. Se aprecia claro parche que tapa posible agujero













El Almirante Richard E. Byrd sobrevoló el polo en el año 1928 y durante el viaje fue testigo de la existencia de otro mundo, totalmente desconocido en el que se encontró con seres prehistóricos y paisajes desconocidos y sorprendentes. En su diario el lo describió como: "Aquel continente encantado en el cielo, tierra de perenne misterio".
Almirante Richard E. Byrd
También al inicio del mismo escribió: " Debo escribir este diario a escondidas y en absoluto secreto. Se refiere a mi vuelo Ártico del 19 de febrero del año 1947. Vendrá un tiempo en el que la racionalidad de los hombres deberá disolverse en la nada y entonces se deberá aceptar la inevitabilidad de la verdad. Yo no tengo la libertad de divulgar la documentación que sigue, quizás nunca verá la luz, pero debo, de cualquier forma, hacer mi deber y relatarla aquí con la esperanza de que un día todos puedan leerla, en un mundo en el que el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la verdad".

En esta expedición aseguraba que mientras sobrevolaba el polo tanto la brújula magnética como la aguja giroscópica comenzaban a girar y a oscilar, y que no eran capaces de mantener la ruta con estos instrumentos, ya que se habían vuelto locos. También aseguraban a medida que avanzaban el paisaje cambió y en lugar de haber hielo y nieve, se encontraban con valles verdes, cadenas montañosas, grandes animales parecidos a mamuts y al observar la temperatura exterior, inexplicablemente marcaba 24º centígrados, impropio para esa región del planeta.
Avioneta e la expedición Antártica de Byrd
Intentaban comunicarse por radio, pero esta no funcionaba, al igual que los mandos del avión y al poco escucharon unos mensajes emitidos por la radio que les decían que eran bienvenidos a esos territorios y que los harían aterrizar para más tarde recibirlos en tierra firme. Y así es como el almirante Richard E. Byrd contactó con una especie de civilización con aspecto bastante alto y cabellos rubios. ¿Serían la famosa civilización perdida de hiperbórea a la que incesantemente hacían referencia los Nazis o tal vez viajó misteriosamente e inexplicablemente a otro mundo como cientos de testigos afirman haberlo hecho en el Triángulo de las Bermudas?

Lo que si es cierto es que el 11 de marzo de 1947, Richard E. Byrd tuvo una reunión de Estado Mayor en el Pentágono y relató lo que le había sucedido, pero al ser interrogado por las Top Security Forces y por un equipo médico, le recordaron que era un militar y que por consiguiente debía obedecer las ordenes de no comentar nada de su descubrimiento.

En el año 1965, un proyecto liderado por la antigua URSS, de hacer un pozo de 15 kilómetros de profundidad, fue puesto en marcha y según fuentes oficiales, el proyecto del pozo de Kola no pudo seguir adelante debido a las altas temperaturas que se alcanzaban que superaban los 100º centígrados, pero sabemos que la URSS en sus investigaciones científicas no escatimaban en gastos y el abandono de este proyecto de estas carácteristicas era raro ya que EEUU por su parte también mantenía una carrera en la perforación de la capa terrestre para llegar más lejos que la URSS.

Excavadores trabajando en el Pozo de Kola
Una publicación en el periódico finlandés AMMENNUSATIA, decía que las excavaciones habrían alcanzado en 1992 una profundidad de 14400 metros y que a partir de esta profundidad, la perforadora había dejado de ejercer presión sobre el suelo para empezar a girar de forma alterada y sin apenas oposición. Habían alcanzado al parecer unas temperaturas de 1000º Centígrados y los científicos decidieron escuchar los sonidos de las placas tectónicas con micrófonos y lo que escucharon les dejó aterrorizados. ¡Escucharon voces humanas y sonidos de animales!.

Los especialistas pensaban que se trataba de una especie de eco proveniente de la superficie de la tierra y que se podía escuchar a casi 15 000 metros de profundidad, pero el grupo de geólogos liderado por el Dr. Azzacov descartó esta teoría. Aquí les dejo las declaraciones del mismísimo Dr. Azzacov al periódico finlandés:

Pozo de Kola
" La información que estamos recolectando es tan sorprendente, que estamos sinceramente temerosos respecto a la naturaleza de lo que hemos encontrado allá abajo. Los registros de la temperatura se acercaban hasta los 1000º Centígrados, mucho más de lo que nosotros esperábamos.
Parece más como un infierno en llamas que se encuentra en el centro de la tierra. El último resultado fue lo que verdaderamente conmocionó nuestros oídos, tanto así que los científicos sintieron miedo de continuar con el proyecto. Tratamos de escuchar los movimientos a cierto intervalo como unos micrófonos ultrasensibles, los cuales dejamos caer en el agujero. Lo que escuchábamos convirtió nuestra lógica científica en ruinas. Eran, en algunos momentos, unos sonidos débiles pero a la vez, altos en frecuencia, los cuales pensamos que venían de nuestro propio equipo.
Pero después de algunos ajustes comprendimos que en verdad el sonido venia de dentro de la tierra. Apenas podíamos creer lo que estábamos escuchando. Escuchamos voces humanas gritando de dolor. A pesar de que una voz era más perceptible, pudimos escuchar cientos, tal vez miles de almas gritando de sufrimiento.
Después de este impactante descubrimiento, la mitad de los científicos renunciaron al proyecto por temor. Esperamos que lo que hay allá abajo, allá abajo se quede.
Como comunista no creo en la existencia de Dios ni del cielo, pero como científico, ahora creo en el infierno. Es necesario decir que fue algo impactante el haber hecho este descubrimiento. Pero sabemos lo que vimos y escuchamos. Y ahora estamos convencidos de que hemos taladrado las mismísimas puertas del infierno. ¡Bajamos un micrófono diseñado para detectar el sonido de las placas tectónicas en movimiento y, en su lugar, escuchamos voces humanas gritando de dolor!"

¿Será cierta la existencia de la tierra hueca y un mundo subterráneo o tal vez sean invenciones e imaginaciones propias del ser humano?





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