Los humanos
formamos parte de una gran granja mundial, de un gran experimento, que aunque
no nos percatemos de que estamos dentro de este, si lo estamos.
Al parecer
se nos hace creer que la libertad es un derecho que todo ser humanos debe tener
pero al formar parte de este gran experimento, eso que conocemos o de lo que se
nos intenta convencer es una burda mentira, una estafa en toda regla.
Vayamos al
fondo del asunto para intentar explicar este fenómeno de una manera más clara.
Como ya
sabemos, las evidencias y las pruebas nos han mostrado a lo largo de la
historia de que no estamos solos en el universo e incluso en nuestro propio
planeta. Sé que muchos de ustedes pensaran que nosotros, los investigadores que
se salen fuera del dogma oficial, estamos inmersos en una paranoia que raya la
locura pero los millones de casos que se producen alrededor de todo el mundo
nos hacen pensar firmemente de que es tan real como este mismo libro que usted
sostiene entre sus manos.
Pues bien,
esos seres que nos vigilan desde las alturas y de vez en cuando contactan con
nosotros, tienen al parecer planes escabrosos para toda la humanidad desde
tiempos remotos. Buscan algo que nosotros producimos en nuestro organismo y que
es muy valioso para ellos.
Muchos
autores creen que vienen buscando algo que tenemos en la sangre (véase las
mutilaciones de ganado y el drenado de sangre), otros autores defienden la
postura de que estos seres se alimentan de las vibraciones que generamos con
nuestras emociones y en mayor parte de la generada por el gran sufrimiento ya
que es la emoción que mayores niveles vibracionales puede presentar.
A partir de
esta premisa se argumenta que ya que necesitan esas emociones, generalmente de
sufrimiento y dolor, instigan para que el ser humano sea tal y como es hoy en
día. Un ser humano sin empatía, codicioso, malvado, cruel y egoísta, es la
semilla perfecta que plantada y tratada de una manera adecuada, germinará
sufrimiento y dolor en La Tierra.
Llegados a
este punto, no nos extraña que las guerras, los conflictos, las crisis
económicas las cuales generan un inmenso malestar y sufrimiento, el miedo, etc.,
sean consecuencia de esta estrategia que están llevando a cabo estos seres.
Por ello,
somos su alimento y como tal formamos parte de esta gran granja llamada
sociedad, el gran rebaño idiotizado que cree ser libre en todos los aspectos de
su larga vida.
Con esto, no
quiero decir que todas las entidades supremas que cohabitan entre nosotros,
sean malvadas y busquen el sufrimiento, ya que como pasa en todos los ámbitos
de la vida, hay seres buenos y malos. Los seres buenos de un modo más
indirecto, nos ayudan y nos sirven de luz de guía.
Si indagamos
en la historia de las religiones hay algo que podemos relacionar con el tema
que estamos tratando. Es algo bastante curioso y chocante. ¿Cómo es posible que
un dios benévolo pida incesantes sacrificios a los humanos para saciar su sed?
Desde luego,
no es lógico que un Dios que se nos presenta como el benefactor y salvador, de
la raza humana pida sacrificios en su nombre. Si es un Dios de bien esto no es
razonable ya que más bien parece obra de los “malos
Al hilo de
lo anterior, observamos como este hecho recobra más sentido si cabe ya que hay
una serie de entes que se alimentan de las malas vibraciones que generamos
todos los seres vivos de este mundo.
Entonces si
Yahvé se nos presenta como un Dios benévolo y protector, no es lógico que pida
sacrificios en su nombre, como cuando a Abraham le pidió que sacrificara a su
propio hijo. Si esto es así, Yahvé sería un ente que nos ha estado engañando a
lo largo de los años. Estas malas obras y actuaciones son propias de Dioses
vengativos y castigadores y por lo tanto de Yahvé no puedo tener mejores
impresiones. ¿Puede ser Yahvé el auténtico Diablo disfrazado con piel de
cordero? Llegados a esta deducción se nos plantea también otra pregunta
curiosa, ¿Es el Dios considerado como el diablo y el cual gobierna el
inframundo, el Dios benevolente?. Recordemos que fue el junto con 200 dioses
más los que sintieron empatía con el ser humano y mostraron la verdad,
instruyéndolo en astronomía, teología, agricultura, ciencias, matemáticas,
medicina, etc. Después como ya comenté anteriormente, el hombre fue tachado de
traidor y expulsado del “Jardín del Edén”.
Según
Salvador Freixedo, el Dios Yahvé no es aquel al que Jesús llama padre. Según sus
conclusiones, Jesús de Nazaret nunca llama a su padre por su verdadero nombre y
esta entidad es totalmente diferente a la del Antiguo Testamento. Nos da la
impresión de que Jesús fue el enviado de otro Dios, un ser benévolo, generoso,
indulgente y magnánimo totalmente diferente a la entidad que se les presentaba a los Judíos. ¿Fue
Jesús de Nazaret el enviado para librarnos de la ira de Yahvé?
Jesús
afirmaba que la misión que le habían encomendado realizar era la de librar a la
humanidad de todo mal, pero, ¿acaso venía para salvarnos de la cólera de
Yahvé?, ¿fue ese el verdadero motivo por el que Jesucristo fue envidado a la
tierra?
Como no
cabía esperar otra cosa, la biblia nos brinda notables confusiones y como
siempre deja en el aire infinidad de importantes temas, sumiéndonos a todos los
lectores en el mayor de los desconciertos.
Bajo mi
punto de vista esto es así debido a las manipulaciones que se han realizado a
lo largo de la historia, respecto de los escritos que inicialmente se
presentaron. ¿Puede ser que no tengan nada que ver con los hechos que realmente
se produjeron y es una historia a día de hoy adulterada?
Bien,
volviendo al tema que nos ocupa, el de que formamos parte de un inmenso banco
de alimento para otros seres, continuábamos diciendo que los sacrificios que
eran pedidos por los dioses en este caso los llamados “malos extraterrestres”,
los que inducen el odio a la raza humana.
Pues bien,
desde que tenemos conciencia como seres racionales, los sacrificios han formado
parte de nuestras culturas. Sacrificios de animales y seres humanos servían y
siguen sirviendo para saciar la sed de estos entes superiores. Digo que siguen
sirviendo porque de manera indirecta, todas esas matanzas que se producen hoy
en día ya sea por guerras, terrorismo, psicópatas, hacen que esas vibraciones
de dolor que desprende nuestro aura (nuestro espíritu), sirvan de banquete para
estos seres insaciables.
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