Vivimos en un cosmos repleto de vida inteligente y desde
aquí intento descubrir quienes nos visitaron en el pasado y si realmente hoy en
día lo siguen haciendo. Constantemente se habla de contactos con otras
entidades que solo unos pocos afortunados han sido capaces de experimentar y
eso aviva la llama de la curiosidad que en mí reside para con gran ímpetu poder
realizar una extensa investigación sobre dicho fenómeno.
Pocas pruebas firmes han existido al respecto, pero hoy día
en la era de la tecnología y las comunicaciones instantáneas es posible ver un
poco más a través de esa puerta entreabierta que no nos deja vislumbrar todo
aquello que se esconde tras ella.
Gracias a las grabadoras de vídeo incorporados en los
Smartphone que cada individuo de este planeta lleva consigo, se han podido
filmar una gran cantidad de imágenes de supuestas naves espaciales de manera
instantánea, aunque la sociedad ha propiciado con sus juicios de valor que ni
esos mismos vídeos suenen como creíbles por lo que al verlos se crea la duda de
su veracidad o de una supuesta manipulación.
Son tiempos difíciles, llenos de controversias y
sobreinformación, un exceso de información que lo único que hace es confundir
más si cabe a todas las personas que se interesan por ciertos fenómenos.
Es la época de la información, pero no de la veraz y
auténtica, sino de la execrable y pérfida, la que condiciona y la que envenena
a las masas. Solo a través de nuestra propia investigación y sabiendo separar
muy bien el grano de la paja conseguiremos sacar toda la verdad a la luz.
Ciertos de casos de empleados gubernamentales, militares y
otros trabajadores dentro del gobierno aportan relatos estremecedores sobre
contacto alienígena que harían cambiar nuestras más profundas creencias, pero
tapados por una corriente inducida de descrédito proveniente de las élites
interesadas en mantenernos dóciles y alejados de otra corriente que no fuera
aquella que siga perpetuando su poder y liderazgo.
Los ovnis son reales, otras especies viven en el cosmos, y
esas mismas especies un día nos contactaron y viven entre nosotros, formamos
parte de ellos, somos ellos. Fueron nuestros creadores, ellos nos educaron, nos
enseñaron a forjar civilizaciones y a saber distinguir el bien del mal.
¿Cómo es posible que una especie como la nuestra sea capaz
de conseguir todos estos logros y en tan poco tiempo, tanto que no es
compatible con la regular línea evolutiva?
Hay un eslabón perdido y ese es el provocado por la
intromisión extraterrestre. Todas las culturas hablan sobre ello, sobre la
ayuda de unos seres que un día decidieron brindarnos para dar el salto como una
raza avanzada e inteligente dentro del cosmos.
Nos ayudaron a ser lo que somos para dar un salto evolutivo
y convertirnos en seres cósmicos. Hoy en día la mayoría de las personas no son
conscientes de esto y esta postura debido a múltiples razones entre las que
podemos encontrar, la propia estructura del sistema en el que vivimos el cual
se burla de este hecho y hace que este tema sea tratado de una manera burda y
esperpéntica y que solo está en la mente de aquellos que ellos mismos llaman
“Locos”.
Tal vez seamos unos fantasiosos, tal vez estemos en lo
cierto, pero las innumerables pruebas que cada día aparecen ante nuestros ojos
hacen que nos demos cuenta de que eso que parecía sacado de una película de
ciencia ficción, esté más cercano a nosotros de lo que creíamos. Es una
realidad casi palpable, algo oculto pero visible, algo que solo podemos ver si
abrimos nuestra mente y ponemos todos nuestros sentidos y dejamos atrás la
influencia de las opiniones interesadas de esa corriente manipulada que es la
científica la cual trata de hacer del ser humano otra especie más pero que
espontáneamente desarrolló su inteligencia, aquella que nos hace únicos.
Hacen que pensemos que seguimos solos y desamparados en el
basto universo, hacen que creamos que somos la única raza inteligente, nos
dicen que somos únicos y extraordinarios por encima de todo lo observado y
conocido pero obviando que nosotros somos una especie más entre tantas y tantas
que pueblan cada rincón de este descomunal universo. Lógicamente existen
especies más evolucionadas que otras, unas aún en los albores de su tiempo y
otras capaces de presentarse en cualquier parte del universo en un abrir y
cerrar de ojos y capaces de dominar de manera sobresaliente esta estructura
espacial en la que vivimos.
Como ya se está pudiendo observar en las últimas
exploraciones espaciales, la vida es capaz de formarse en múltiples
estructuras, formas y ante ambientes extremos. Hace algunos años los expertos
ni tan siquiera se habrían planteado formas de vida en planetas tales como
Marte o Venus, pero se han dado cuenta de que la vida lucha en casi cualquier
medio extremo y que puede darse la posibilidad de que exista vida incluso en
planetas de nuestro sistema solar.
Tomando esta hipótesis de partida y teniendo en cuenta que
el universo desde su formación tiene miles de millones de años, ¿cómo podemos
ni tan siquiera plantearnos la negación de la existencia de otras
civilizaciones incluso más avanzadas tecnológicamente que la nuestra?
En un futuro no muy lejano, nuestra especie será capaz de
viajar de un punto a otro del universo sin ningún tipo de contratiempo y lo más
probable es que otra especie ya lo hizo y lo estará haciendo en este preciso
momento. El acceso a la vida y al conocimiento puede estar en manos de
cualquiera ante la basta inmensidad del espacio o de otros universos paralelos
al nuestro.
Se ha podido demostrar recientemente en ensayos científicos
la existencia de universos paralelos, algo que se creía imposible hace algunos
años.
Observamos
como la ciencia cada vez se acerca más a estos planteamientos y da la razón a
teorías que hace algunos años se creían conspirativas y el sistema las trataba
de demonizar.
Como nada es imposible ya que solo requiere tiempo y conocimiento, estoy completamente seguro de que existen civilizaciones que pululan de un lado a otro en el universo y entre universos.
Las potencias
espaciales como EEUU, Rusia, EU y China ocultan esta información y no son
capaces ni tan siquiera de realizar una afirmación al respecto quitándonos la
razón a tantos y tantos investigadores del fenómeno ovni. Nos tratan como a
bichos raros y tratan de influir sobre la opinión pública para que nuestras
investigaciones sean ridiculizadas ante la sociedad.
Ellos saben
que el fenómeno es real y a través de sus errores y filtraciones se ha podido
comprobar que este fenómeno está más presente de lo que podíamos imaginar.
Muchas personas que trabajaban para estos organismos han filtrado al exterior
una serie de informaciones prohibidas para el gran público y que ponen de
relieve el contacto de otras especies con nuestro mundo.
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