“Había, sin embargo, un Antrahasis devoto de enki y muy
hábil que podía conversar con su dios, quien, gustosamente, lo tenía como
interlocutor. Antrahasis abrió la boca y se dirigió a su señor; <¿Cuánto
tiempo va a durar esta epidemia? ¿Por cuánto tiempo padeceremos esta peste?>
Enki abrió la boca y se dirigió a su servidor: <Convoca
en tu casa a los ancianos y diles ¡Ancianos, escuchadme! Ordenad a los heraldos
púbicos que proclamen…. Con gran estrépito por todo el país: ¡No rindáis más
honores a vuestros Dioses! ¡Ni imploréis más a vuestras Diosas!
De: Atrahasis 1: VII
Y aquí se dio inicio a la rebelión de ese “ejército de
Dioses” que junto con los hombres decidieron romper las reglas establecidas
para continuar por otro camino que no fuese el paradigma establecido.
Una legión de Dioses, los Ángeles caídos liderados por Enki
decidieron ayudar a la raza humana en su camino a la independencia como especie
inteligente y conocedora de sí misma en el universo.
¿Qué hubiese sido de nosotros sin tan necesaria ayuda? Lo
más probable es que siguiéramos siendo una especie más de este mundo, ignorante
e impulsada por el instinto que hace moverse a todos los animales. En nuestros
actos no emplearíamos la lógica y el razonamiento tal y como hacemos para
diseñar nuestras vidas y tomar nuestros caminos dentro de este mundo.
La inteligencia fue dada por esos “Ángeles caídos” y esto
fue consecuencia directa que hizo que fuésemos expulsados del “Jardín del Edén”
y fuésemos expuestos a los peligros del mundo exterior.
Los seres humanos al verse desnudos, pero no desnudos de
ropaje, sino el hecho de verse desprotegidos en este basto universo, se hacían
constantemente preguntas sobre su existencia y su devenir en esta realidad.
Eran conscientes de su existencia.
Las preguntas son exactamente iguales a las que nos hacemos
hoy en día. Son las mismas preguntas básicas desde el comienzo de los tiempos
ya que seguimos siendo los mismos seres.
Solo llegaremos a comprender el significado de nuestra
existencia en esta realidad, cuando nuestra alma sea capaz de abandonarla el
día de nuestra muerte.
Desde aquel día en el que fuimos desterrados y condenados al
raciocinio, divagamos de un lado para otro sin la capacidad de llegar a
comprender el sentido de nuestra existencia. Somos incapaces de ver más allá de
estos muros de átomos enlazados y dispuestos a formar esa barrera insalvable
que es la realidad.
Solo salvaremos esa barrera el día que el alma decida
escapar de la cárcel de materialismo de la que estamos formados.
Volviendo al tema que nos ocupa, Enki/Ea es el mismísimo
Nahash, el famoso Lucifer que tanto menciona la biblia. Si bien esta deidad fue
la que empatizó con el género humano para salvarlo de la ignorancia que en él
residía, ¿Por qué está considerado por el Judeo/cristianismo como aquel Dios
malévolo si su hazaña hizo que nuestra raza se liberara? ¿Puede ser que todo
forme parte de una conspiración y que la manipulación sea tan sobresaliente que
sirva a modo de venda y la información sea totalmente distinta?
Llegados a este punto, ¿Qué es lo correcto y que no? ¿Hacia dónde
quieren que nos dirijamos? ¿Quiénes son realmente los malos?
Todas estas preguntas hacen plantearme algo que puede
parecer totalmente radical pero que goza de los mejores fundamentos. Aquellos
que vencieron en la batalla celestial y esos mismos que se hacen pasar por
seres de amor son en realidad los que se encargan de sembrar el caos en todo el
mundo. Los vencedores en las batallas realmente desde que el mundo es mundo
desprestigian a los vencidos y los maldicen haciéndonos creer que son los que
traían el mal cuando la realidad es realmente distinta.
Todas las fuerzas que operan en una batalla tienen su parte
de maldad y ninguna es mejor que otra. Por ello pienso que los vencedores no
son seres de luz ni de amor. Además solo hay que mirar el mundo para ver el
caos reinante.
¿Por qué nuestro Dios que nos protegía en “El Jardín del
Edén” no nos permitía acceder al conocimiento del bien y del mal? ¿Por qué no
le interesaba que accediéramos a este grado de conocimiento? ¿Por qué no le
interesaba que accediéramos a este grado de conocimiento? ¿Tal vez aquellos que
dicen ser los buenos sean los que realmente deseen que impere el mal y el caos?
En todas las guerras desde el comienzo de la humanidad,
aquellos que ganaban y se imponían sobre sus rivales daban sus propias
versiones amañadas que diferían en gran medida de lo que realmente sucedía, a
la par que se imponía una tendencia ideológica que siempre beneficiaba al
vencedor. Sin ir más lejos en las famosas Guerras del Golfo, en la Guerra de
Vietnam o en la actual Guerra de Siria, los vencedores han dado su versión
amañada de la auténtica realidad.